Tesoros Congelados en el Tiempo

El Pozo de Nieve de Salamanca representa un tesoro arqueológico que data de 1738 y que fue recuperado para la ciudad. Con una capacidad de aproximadamente 223 metros cúbicos, fue utilizado desde 1738 para almacenar nieve traída desde la Sierra de Béjar en cántaros y sacas. Este sitio no solo aliviaba los calores del verano conservando alimentos y medicamentos, sino que también conectaba con prácticas cotidianas y necesidades vitales de épocas pasadas.

Los trabajos arqueológicos han revelado impresionantes galerías subterráneas que cuentan una parte oculta y misteriosa de la historia de Salamanca. Estas excavaciones han añadido un significado profundo al Pozo de Nieve, convirtiéndolo en más que un simple vestigio histórico: es un relato vivo que resuena con el ingenio y la vida de siglos pasados. La nieve, con su manto blanco y silencio etéreo, evoca emociones y simbolismos que transforman tanto física como poéticamente el paisaje circundante.

Ubicado junto a la Puerta Nueva de la Muralla de la Cerca Nueva, este sitio invita a los visitantes a escuchar a través del silencio, evocando la sensación de caminar sobre un campo nevado donde solo se escucha el crujir de los copos compactados bajo los pies. En este entorno gélido, las leyendas se entrelazan con la niebla que envuelve sus paredes, convirtiéndolo en un faro de misterio en la oscuridad. Dentro del intrincado laberinto subterráneo de Salamanca, las antiguas leyendas y mitos cobran vida como un tapiz fantástico que ha perdurado a través de los tiempos.

Imagine, querido visitante, la Salamanca del siglo XVIII, una época de murallas robustas y calles que resonaban con el bullicio de la vida cotidiana. En este contexto, se empieza a tallar en la propia piedra de la ciudad el Pozo de Nieve, con aproximadamente 223 metros cúbicos. Un enorme ‘frigorífico’ con su misión refrigerante para conservar alimentos e incluso medicamentos. Hasta hace poco, este pozo era apenas un susurro entre las leyendas locales. Tuvo que ser un emocionante descubrimiento arqueológico en 2009 el que nos permitió desvelar sus secretos. La arqueóloga Elvira Sánchez, en una excavación cautivadora, retiraron capa tras capa de historia, revelando la estructura intacta del pozo.

El propósito principal del Pozo de Nieve era sorprendentemente pragmático y vital para la Salamanca de antaño. Durante los veranos, cuando el calor se tornaba casi insufrible, el pozo ofrecía un alivio fresco. Con sus 7,10 metros de altura y 6 metros de diámetro, este espacio albergaba capas prensadas de paja y nieve, traída cuidadosamente desde las alturas de la Sierra de Béjar, en sacos o en cántaros de barro a lomos de burros, durante la noche, para aprovechar las horas con menos temperatura. Una ardua y costosísima tarea que contiene toda una intrahistoria. ¿Hoy quién no tiene uno o incluso dos frigoríficos en casa? Pues hace tres siglos disponer de nieve en los meses de calor suponía un auténtico privilegio de clases pudientes y motivo, incluso, de enfrentamientos. Tanto es así que la importancia de una nación, en muchos casos, tenía que ver con que su rey pudiera tomar nieve en pleno agosto. Y para ello pozos como éste tenían una relevancia notable.

Durante la excavación del Pozo de Nieve, los arqueólogos Elvira Sánchez y Carlos Macarro descubrieron unas galerías subterráneas casi por casualidad. Este hallazgo reveló un antiguo sistema de túneles labrados en la piedra para transportar agua. La exploración de estas cavidades inundadas de agua despertó rumores sobre las posibles propiedades curativas y de prolongación de vida del agua allí encontrada, aunque estas afirmaciones permanecieron en el ámbito de la especulación. Más allá de las leyendas sobre el agua, lo que realmente fascina son las estalactitas que adornan los techos de las galerías. Estas formaciones de roca caliza, creadas por la humedad a lo largo de milenios, parecían cobrar vida en la penumbra.

EL LEGADO DEL CONVENTO
DE SAN ANDRÉS_

El convento de San Andrés, de la Orden del Carmen Descalzo, albergaba entre sus estructuras anexas el Pozo de Nieve. Este pozo es uno de los pocos vestigios que quedan del impresionante convento, conocido en su época como “El Escorial Salmantino” por sus grandes dimensiones y adusto estilo arquitectónico. Construido extramuros de la Puerta de San Pablo durante los siglos XVI y XVII, el convento era un símbolo de fe y una obra maestra de la arquitectura, en cuya vasta planta rectangular destacaban torres en las cuatro esquinas.

El convento de San Andrés no solo se erigió como un monumento arquitectónico, sino también como un protagonista de las adversidades que moldearon su destino. A lo largo de los siglos, este recinto religioso fue escenario de numerosas tragedias, incluida la gran riada de 1626, que causó daños significativos. Su destrucción eventual significó la pérdida de uno de los edificios más grandes y alabados de Salamanca. Sin embargo, en la memoria colectiva y en los restos que perduran, como la capilla de la Orden Tercera del Carmen y el Pozo de la Nieve, el convento sigue siendo un testimonio de la rica historia y el patrimonio cultural de la ciudad.

TOUR VIRTUAL_

Te invitamos a explorar y sumergirte en los rincones más intrigantes de este sitio histórico. El recorrido por el parque te llevará en un viaje en el tiempo. Prepárate para una aventura arqueológica única.

TOUR VIRTUAL_

Te invitamos a explorar y sumergirte en los rincones más intrigantes de este sitio histórico. El recorrido por el parque te llevará en un viaje en el tiempo. Prepárate para una aventura arqueológica única.

VISITAS GUIADAS_

HORARIOS:
Sábados y Domingos | 11:00, 12:30 y 19h.

PERIODO DE VISITAS:
6 al 28 de julio

Nota: Los horarios y condiciones están sujetos a cambios. Se recomienda verificar la información actualizada en salamancaymas.es antes de asistir.

ENTRADAS_

PRECIO:
Visitas gratuitas con invitación

INVITACIONES:
Máx. por usuario: 3 adultos + 3 menores de 12 años

RESERVAS:
salamancaymas.es

ACCESIBILIDAD_

La solicitud de guía para lengua de signos o del bucle magnético debe hacerse con al menos 48h. de antelación a la visita.

El Pozo de Nieve invita al visitante a sumergirse en las profundidades de un pasado que sigue resonando hasta nuestros días. Simplemente hay que escuchar a través del silencio. Como si surcara un campo cubierto de nieve en el que solo se escucha el sonido de su pisada sobre ella, haciendo crujir los copos compactados.

PLAN DE SOSTENIBILIDAD TURÍSTICA DE SALAMANCA

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